
Queridos Reyes Magos:
No sé ya como dirigirme a vosotros... Sería por el año 90 y poco la última vez que pasastéis por casa en el día correcto. No os entiendo con lo bien que me he portado este año. Trabajo todo lo que puedo, no salgo mucho, llevo una vida "saludable" y lo de estudiar para terminar publicidad... Bueno ahí si os doy la razón que no he cumplido, pero es que es muy difícil viviendo en una ciudad diferente a la ciudad en que está la Facultad.
No obstante, prometo esforzarme más en 2.009 y aprobar al menos 3 de las 6 que me quedan. También aprobar el maldito First pese a este magnífico acento que poseo y muchas otras cosas que me he prometido y que voy a cumplir.
Mis recuerdos de reyes magos son en las escaleras del Ayuntamiento de Villaharta. Tu nombre sonaba, un escalofrío recorría tu cuerpo y subías los numerosos escalones pensando que habría en esa caja, y rezando para que no te tocara el Rey Negro porque al besarte te ponía perdido de maquillaje.
Después vino la época en la que ya no querías ser llamado. Lo único que podías encontrar en la caja era cualquier barbaridad metida por tus amigos (piedras, algún bicho muerto, etc.). Cuando subían otros, genial, pero como subieras tú.... ya sabías lo que tocaba.
Siempre quise además ser Rey Mago, Paje, Cartero Real o algún sucedáneo. Pero nada, no hubo suerte. En el cole siempre se vestían los de un curso de Reyes Magos. Se da la casualidad(o no) de que cuando le tocó a mi curso se decidió que fueran "Reinas Magas"... Después sorteaban quiénes serían los pajes. Y nada, ningún año hubo suerte. Y así, todo un cúmulo de despropósitos que acababa vengando lanzando algún que otro caramelo a los Reyes Magos.
Creo que por eso ya no me visitan... Eso sí, los sigo esperando...
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